Evangelio del Día Jueves - Lc 4, 14-22 – 10 de Enero - Palabras de Fe
Evangelio del Día Jueves 10 de Enero 2019
Reflexion Padre Luis Zazano
Lectura del Día
De la Primera Carta de Juan
1 Jn 4, 19–5, 4
Queridos hijos: Amamos a Dios, porque él nos amó primero.
Si alguno dice: "Amo a Dios" y aborrece a su hermano, es un
mentiroso, pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a
quien no ve. Además, Jesús nos ha dado este mandamiento: El que ama a Dios, que
ame también a su hermano.
Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido de
Dios. Todo el que ama a un padre, ama también a los hijos de éste. Conocemos
que amamos a los hijos de Dios en que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos,
pues el amor de Dios consiste en que cumplamos sus preceptos. Y sus
mandamientos no son pesados, porque todo el que ha nacido de Dios vence al
mundo. Y nuestra fe es la que nos ha dado la victoria sobre el mundo.
Salmo
Sal 71,1-2.14.15bc.17
R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la
tierra
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.
Él rescatará sus vidas de la violencia,
su sangre será preciosa a sus ojos.
Que recen por él continuamente
y lo bendigan todo el día. R/.
Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.
Evangelio del Día
Evangelio según Lucas
Lc 4, 14-22
En aquel tiempo, con la fuerza del Espíritu, Jesús volvió
a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo alababan y su fama se
extendió por toda la región.
Fue también a Nazaret, donde se había criado. Entró en la
sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la
lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el
pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha
ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a
los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y
proclamar el año de gracia del Señor.
Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó.
Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces
comenzó a hablar, diciendo: "Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la
Escritura que acaban de oír".
Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de
las palabras que salían de sus labios.
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