Evangelio del día Martes 6 de Febrero 2024 - Marcos 7, 1-13

Evangelio del día Martes 6 de Febrero

LECTURA DEL DIA

Lectura del primer libro de los Reyes 8, 22-23. 27-30

En aquellos días, Salomón se puso en pie ante el altar del Señor frente a toda la asamblea de Israel, extendió las manos al cielo y dijo:

«Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú arriba en los cielos ni abajo en la tierra, tú que guardas la alianza y la fidelidad a tus siervos que caminan ante ti de todo corazón.

¿Habitará Dios con los hombres en la tierra? Los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte, ¡cuánto menos este templo que yo te he erigido!

Inclínate a la plegaria y a la súplica de tu siervo, Señor, Dios mío. Escucha el clamor y la oración que tu siervo entona hoy en tu presencia. Que día y noche tus ojos se hallen abiertos hacia este templo, hacia este lugar del que declaraste: “Allí estará mi Nombre”. Atiende la plegaría que tu servidor entona en este lugar. Escucha la súplica que tu siervo y tu pueblo Israel entonen en este lugar. Escucha tú, desde el lugar de tu morada, desde el cielo, escucha y perdona».



SALMO

Sal 83, 3. 4. 5 y 10. 11
 R/. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor del universo!

Mi alma se consume y anhela

los atrios del Señor,

mi corazón y mi carne

retozan por el Dios vivo. R/.


Hasta el gorrión ha encontrado una casa;

la golondrina, un nido

donde colocar sus polluelos:

tus altares, Señor del universo,

Rey mío y Dios mío. R/.


Dichosos los que viven en tu casa,

alabándote siempre.

Fíjate, oh, Dios, escudo nuestro,

mira el rostro de tu Ungido. R/.


Vale más un día en tus atrios

que mil en mi casa,

y prefiero el umbral de la casa de Dios

a vivir con los malvados. R/.




EVANGELIO DEL DIA

Evangelio según San Marcos 7, 1-13

En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas).

Y los fariseos y los escribas le preguntaron:

«¿Por qué no caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores y comen el pan con manos impuras?».

Él les contestó:

«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos". Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».

Y añadió:

«Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre” y “el que maldiga a su padre o a su madre es reo de muerte”. Pero vosotros decís: “Si uno le dice al padre o a la madre: los bienes con que podría ayudarte son ‘corbán’, es decir, ofrenda sagrada”, ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre; invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os transmitís; y hacéis otras muchas cosas semejantes».

   Palabra del Señor


 Reflexión Papa Francisco

La distancia entre el decir y el hacer. A estos maestros de Israel, que pretenden enseñar a los otros la Palabra de Dios y ser respetados en cuanto autoridad del Templo, Jesús cuestiona la duplicidad de su vida: predican una cosa, pero después viven otra. Estas palabras de Jesús recuerdan a las de los profetas, en particular Isaías: «Ese pueblo se me ha allegado con su boca, y me han honrado con sus labios, mientras que su corazón está lejos de mí» (Is 29,13). Este es el peligro sobre el que vigilar: la duplicidad del corazón. También nosotros tenemos este peligro: esta duplicidad del corazón que pone en riesgo la autenticidad de nuestro testimonio y también nuestra credibilidad como personas y como cristianos.  Hermanos y hermanas, acogiendo esta advertencia de Jesús preguntémonos también nosotros: ¿tratamos de practicar lo que predicamos, o vivimos en la duplicidad? ¿Decimos una cosa y hacemos otra? ¿Estamos preocupados solo por mostrarnos impecables fuera, maquillados, o cuidamos de nuestra vida interior en la sinceridad del corazón? (Ángelus, 5 de noviembre del 2023)

Reflexión Padre Luis Zazano


Evangelio en Lenguaje de Señas

No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.